Vivir en México: la realidad de una familia de clase media.
Mantener a una familia de clase media en México no es tarea sencilla. Según datos recientes, una familia promedio en el área metropolitana de la Ciudad de México —donde vive casi una quinta parte de la población nacional— necesita entre $30,000 y $50,000 MXN mensuales para cubrir sus necesidades básicas. Esto incluye vivienda, alimentación, educación, transporte y salud. Este rango también refleja el esfuerzo que realizan millones de hogares mexicanos para mantenerse a flote sin lujos, pero con dignidad.
Luis es un ejemplo típico de estas familias. Vive con su esposa y sus dos hijos, de 10 y 12 años, en un hogar modesto pero bien organizado. Sus gastos mensuales están bien definidos y, como muchos otros, él sabe que cada peso cuenta. Así es como se desglosa su presupuesto:
Vivienda: $12,000 MXN entre renta y servicios como luz, agua, gas e internet. Vivir en una zona segura y con acceso a servicios básicos es una prioridad para él.
Alimentación: $9,000 MXN para mantener la despensa llena y preparar comidas nutritivas para toda la familia.
Educación: $3,000 MXN destinados a útiles, uniformes y actividades escolares. Aunque sus hijos asisten a una escuela pública, los costos no son menores.
Transporte: $6,000 MXN entre el mantenimiento de su coche familiar y el combustible necesario para sus traslados.
Salud: $5,000 MXN para su seguro médico y gastos eventuales en consultas o medicamentos.
Recreación y otros gastos: $4,000 MXN para salidas familiares, ropa y pequeños gustos que mantienen la calidad de vida.
En total, Luis gasta alrededor de $39,000 MXN al mes, algo que está justo dentro del promedio para familias de clase media en su situación. En todo México, hay millones de hogares como el suyo: trabajadores que buscan lo mejor para sus hijos y que, mes a mes, enfrentan el desafío de mantener un equilibrio financiero.
A pesar de que Luis tiene todo calculado, un día, mientras revisaba su presupuesto, surgió una pregunta que lo hizo reflexionar:"¿Qué pasaría si yo no estuviera? ¿Cómo podría mi familia cubrir todos estos gastos?"
Luis tomó la decisión de contratar un seguro de vida. Curiosamente, ese seguro no representó un gran ajuste para él: apenas el 4% de su gasto mensual. Pero ese pequeño porcentaje tenía un gran impacto, ya que le garantizaba una protección de $5,192,310 MXN para su familia en caso de que él faltara.
Con ese monto, su esposa y sus hijos podrían mantener su nivel de vida durante 8 años y 11 meses, incluso considerando que los costos de vida aumentarían con el tiempo debido a la inflación. Luis no lo veía como un gasto, sino como una forma de asegurarse de que su familia tendría tiempo y estabilidad para adaptarse a cualquier situación.
Y lo mejor de todo es que protegerse ante una situación similar es sorprendentemente accesible. Contratar un seguro de vida es mucho más barato de lo que la mayoría imagina. Lo difícil no es el costo, sino la decisión de dar ese paso, de priorizar el bienestar de tu familia incluso ante escenarios que nadie quiere imaginar.
La historia de Luis es una reflexión sobre lo que significa planificar y proteger a quienes más amas. Porque, al final, proteger a tu familia no es cuestión de cuánto ganas, sino de cuánto estás dispuesto a hacer para garantizar su tranquilidad y futuro.Vivir en México: la realidad de una familia de clase media
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