Cuidado toma precaución con tu tarjeta.
No te confíes de la tasa baja de tu tarjeta, si pagas el mínimo se afectará el crédito revolvente de tu producto básico; si te atrasas o dejas de pagar, tu tasa y CAT se elevarán, ya sea un plástico tradicional o preferente.
Puede ser que tu tarjeta de crédito tenga una de las tasas de interés más bajas del mercado, pero no te confíes, si pagas sólo el monto mínimo, el interés y el Costo Anual Total (CAT) aumentarán y dejarán de ser los pactados en el contrato.
Si bien en el mercado se encuentran tasas tan bajas como 31.8 por ciento anual, en el caso de las tarjetas platinum, los intereses que aparecen en las ofertas iniciales de los productos se elevan al no cumplir en la fecha del corte o si desembolsas sólo el pago mínimo, lo cual se traduce en un mayor financiamiento al estimado durante la apertura del contrato.
Ya sean productos platinum o básicos los tipos de interés tienden a elevarse con cualquier abono a destiempo, pago mínimo o incumplimiento del mismo, aunque se trate de un cliente que los bancos consideren confiable.
En el sistema financiero mexicano cualquier desviación que afecte las amortizaciones de un crédito termina por alterar las tasas de interés y, desde luego, los Costos Anuales Totales, a los que además hay que sumar el IVA.
El mercado de tarjetas de crédito funciona así porque existe una libre competencia en las tasas de interés entre instituciones, pese a que el Banco de México pretenda regularlo -con la Tasa de interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE) que se utiliza como referencia para las tarjetas de crédito.
Cuando se paga el mínimo lo que se hace es alargar la deuda y mientras más aportaciones de este tipo se realicen el endeudamiento se extiende y el financiamiento se vuelve interminable.
No obstante, en caso de incumplimiento, el cálculo es aún peor.
Las tasas de interés por impago, que son diarias y se aplican sobre la deuda total más los gastos de cobranza e intereses ordinarios, terminan por disparar el costo del financiamiento a niveles muy altos.
Aunque cada caso es diferente, en unos bancos es más caro que en otros, a lo que se agregan efectos colaterales como perder la categoría del plástico, que sería la menor preocupación del usuario.
Datos de la Condusef señalan que el CAT sin considerar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) de las tarjetas platinum era de 31.8 por ciento promedio al cierre de 2014, colocándose como el producto financiero con el interés más bajo.
Le siguen las tarjetas tipo oro con un CAT promedio de 44.4 por ciento y después las clásicas, con 52.3 por ciento en promedio, más IVA